domingo, 24 de febrero de 2019

Chestokoba


CHESTOKOBA
 

El día 7 de Junio de 1983, el Templo Catedralicio de Badajoz se abrió con aires extranjeros. A las 11 de la mañana, cuando las campanas del Reloj de la torre dejaron de sonar en el interior del Templo, los canónigos salían con paso lento de la Sacristía, vestidos de traje coral. Se situaron formando media luna junto a la Capilla del Sagrario, en la nave de San Blas. Un cuadro de la Virgen de Czestokowa, patrona de Polonia, se colgó en el muro cuidadosamente


El Obispo de la Diócesis, Monseñor D. Antonio Montero, revestido de capa pluvial, se colocaba entre los canónigos, en el centro, y mirando al cuadro dirigió unas palabras: “Esta imagen, dijo, simboliza la fe de un pueblo católico hasta la médula, como es el polaco, que vive en continua persecución y dificultad y que carece de plena libertad religiosa”.
El prelado hizo unas oraciones y roció con agua bendita. Todos quedaron un momento en silencio respetuoso.


León Sliwinski, ciudadano polaco y residente en la Costa del Sol, con ánimo inquieto había venido a Badajoz. Pidió audiencia al Sr. Obispo, le entregó el cuadro de la Virgen de Czestokova y le solicitó oraciones por su pueblo. El Prelado ruega al Cabildo que se coloque en la Catedral. Y ahí se quedó.

Es un cuadro de 1 metro de alto por 60 cms. de ancho. Es una pintura de la Virgen María, presentada de medio cuerpo. Su rostro ennegrecido está rodeado de una espléndida aureola dorada.

Viste túnica y un gran manto azul, que le cubre la cabeza y el cuerpo. Todo está salpicado de estrellas doradas. Con ribeteado dorado y un forro color granate.

La mano derecha la apoya delicadamente sobre el pecho y con la izquierda sostiene al Niño Jesús, que luce aureola dorada y un manto color naranja cuajado de estrellitas doradas que le cubre el cuerpo. El Niño coge un libro en su manecita izquierda.

La pintura muestra una inscripción que dice: “REGINA POLONIAE”. Y en el ángulo inferior está gravado:  Carmelitas descalzas, Velez-Málaga.

Este es el cuadro más moderno que existe en la Catedral. Y ya tiene su historia. El verano de 1992, un grupo de cuarenta polacos pasaron por Badajoz, de peregrinación a Fátima. Entraron en la Catedral, quisieron verla. Y fue para ellos sorprendente. Alguien me advirtió que había gente llorando en el Templo. Acudí a ellos y al verme comenzaron a entonar cánticos. Yo no entendía nada, era en idioma polaco, pero se les advertía bien su gran emoción y sus lagrimas en los ojos. El intérprete me susurró al oído: “No esperaban encontrar tan agradable sorpresa en Badajoz”.

Y no es de extrañar, en muchos días del año, ver a alguien, postrado de rodillas delante de este cuadro, musitando una oración. Son, de ordinario, personas de ese país que se hallan entre nosotros.
NOTA. A la caida del Muro de Berlin, en 1989, el cuadro ha sido retirado de este lugar y guadado en una capilla.

1 comentario:

  1. Muy emotivo el relato. Me retrotrae a la liveracion de los paises del este en ños 80 y concretamente a Polonia con Lech walesa, Carol Voitila,....

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