El Milagro del Arroz en Olivenza
Las
señoritas del Instituto Secular Hogar de
Nazaret profesaban gran devoción al beato Juan
Macías.
Deseaban ardientemente fuera proclamado santo.
También
lo deseaba el obispo D. Doroteo Fernández por varios motivos: Uno, porque este
Instituto Secular Hogar de Nazaret trabajaba muy bien en la Diócesis,
especialmente en atención a los sacerdotes.
Otro, porque el fundador de este Instituto Secular
era uno de sus sacerdotes, a quien admiraba por su ejemplaridad evangélica.
Otro motivo influía: que la Superiora del Instituto era de virtudes cristianas,
comprobaba su buen hacer y se comunicaba con ella frecuentemente.
Y
otro más importante: que el beato Juan Macías era extremeño y considerado como
santo por todos los que conocían la trayectoria de su vida.
El Instituto Secular Hogar de
Nazaret.
El
Hogar de Nazaret es un Instituto Secular fundado por el sacerdote D. Luis
Zambrano Blanco, natural de Fuente del Maestre, para atender a los sagrarios
abandonados y enseñar el Evangelio en las catequesis, porque en aquellos años
el abandono era mucho. Al beato Juan Macías le han tenido y le tienen devoción
especial. A él le rezaban y a él se encomendaban en cualquier necesidad que
tenían. Y lo siguen haciendo.
En
Olivenza (Badajoz) este Hogar, durante sus comienzos fue casa de formación y
hubo un colegio donde se acogía a los niños pobres y se les daba de comer. Eran
tiempos de posguerra, tiempos de necesidades. Se escaseaba la comida. Los
pobres lo pasaban mal. En esta casa que tienen en Olivenza ocurrió el milagro
de la multiplicación de arroz.
Hoy
en día, este Instituto tiene casa en la Diócesis de Badajoz y en otras
diócesis. Cubren muchos campos de evangelización, como son: casas de acogida,
centros tutelados, guarderías, residencias universitarias, centros de
deficientes, talleres ocupacionales, pisos tutelados, residencias de ancianos,
colegios,...
Atienden a todas las necesidades que en el ámbito parroquial
surjan:
– ayudan a los sacerdotes.
– ayudan a los sacerdotes.
–Trabajan
en la evangelización.
–Preparan
todo lo relacionado con el culto.
–Ejercen
servicios en el Seminario Diocesano y en la Catedral de Badajoz.
El
obispo D. Doroteo se congratulaba con esta labor.
Quien es Juan Macías.
Juan Macías nació en Ribera del Fresno, un pueblo de
la provincia de Badajoz (España) el 2 de
marzo de 1585. Era muy niño cuando sus padres murieron, quedando él bajo el
cuidado de un tío suyo que lo hizo trabajar como pastor. Después conoció a un
comerciante con el cual comenzó a trabajar. En 1616 el mercader viajó a América
y Juan marchó con él.
Se
preparó para entrar en la Orden de Predicadores y así es como descubrió su
vocación a la vida religiosa. Fue hermano lego en el convento de dominicos de
Santa María Magdalena, en Lima, donde había sido admitido. El 23 de enero de
1622 tomó los hábitos.
Su
vida en el convento estuvo marcada por la profunda oración, la penitencia y la
caridad. Debido a las austeridades a las que se sometía, sufrió una grave
enfermedad por la cual tuvo que ser intervenido en una peligrosa operación.
Ocupó el cargo de portero en el convento y éste fue el lugar de su
santificación. El portón del Monasterio era el centro de reunión de los
mendigos, los enfermos y los desamparados de toda la ciudad de Lima, que
acudían buscando consuelo. El propio Virrey y la nobleza de Lima acudían a él
en busca de consejos. Murió el 16 de septiembre de 1645.
Beato.
Los portentos que en vida había obrado el siervo de
Dios, la pública voz por la fama de sus
virtudes, la devoción general, enfervorizada aún más después de su muerte ante
el creciente número de prodigios que seguía consumando en cuantos acudían a
solicitar su intercesión, fue motivo para que el Papa Gregorio XVI proclamara
su beatificación el 16 de septiembre de 1840.
El milagro para su beatificación.
Uno
de los milagros que más influyó para su beatificación fue que:
En
1678, en el Convento de Santo Domingo, un novicio, llamado Francisco Ramírez,
de 20 años de edad, con el objeto de limpiar su celda, levantó un pesado baúl,
sin recordar que padecía de una hernia inguinal.
El esfuerzo provocó el estrangulamiento de la
misma, por lo que se requería la intervención correspondiente, entonces
desconocida. Los facultativos, tras examinar al paciente, diagnosticaron un
fatal desenlace por lo que le administraron los santos oleos.
El
Prior del Convento, R. P. Nicolás Ramírez, puso en manos del enfermo un pequeño
cuadro de Fray Juan Macías, fallecido hacía 33 años, indicándole que rezara
pidiendo que intercediese por él. Los frailes dejaron al enfermo rezando y
cayendo en profundo sueño. Al retornar, tuvieron la sorpresa de encontrar al
novicio incorporado y libre de dolencia.
Santo.
El
milagro del arroz.
El
milagro de la multiplicación del arroz, ocurrido en Olivenza (Badajoz) el 23 de
Enero de 1949, fue decisivo para su canonización. Sucedió así:
Leandra
Rebollo Vázquez se encargaba de dar comida a los pobres que acudían a la casa
de la Institución Secular Hogar de Nazaret.
Descubrió que todas las reservas para la comida de los pobres consistía en
solamente 750 gramos
de arroz, puesto que no habían llegado, a su debido tiempo, los alimentos
necesarios para atender a los niños y pobres de cuya Institución dependían.
La
buena de Leandra (que era del Instituto
Secular Hogar de Nazaret) presa de angustia y vergüenza por la situación,
vertió los tres cuartos de kilo de arroz en una olla con capacidad para 12 litros.
Invocó
al beato Juan Macías pidiendo su
intercesión. Al cabo de cierto tiempo, pudo observar con estupor que, de la
olla donde se depositó el escaso arroz, éste estaba rebosando y seguía subiendo
espectacularmente el nivel. Al darle la vuelta con la espumadera, era tanta la
masa que apenas podía revolverla. El arroz subía casi todo cocido, y subía
hasta los bordes. Una de las encargadas del servicio, al
intuir la naturaleza de lo ocurrido, salió a la calle gritando: ¡Milagro!
¡Milagro! mientras la gente se arremolinaba para ver qué sucedía.
Sorprendida
y asustada Leandra, se apresuró a comunicar su descubrimiento al sacerdote D.
Luís Zambrano, quien a partir de aquel momento permaneció constantemente ante
la olla observando el extraordinario efecto, acompañado de otras muchas
personas atraídas por el singular fenómeno.
El
sacerdote ordenó vaciar la olla parcialmente y lleno de estupefacción comprobó,
de nuevo, cómo el proceso de multiplicación del arroz continuaba, hasta el
extremo de llegar a llenar muchas más veces al tiempo que se apresuraba a
servir a los niños y a los pobres, cientos de raciones. Más de 300 personas
comieron ese día con el arroz milagroso.
La
multiplicación del arroz y su reparto comenzó a la una y se prolongó hasta las
cinco de la tarde, y fueron numerosísimos los asistentes al prodigio que
abarrotaron, con su presencia, la cocina y todas las dependencias de la casa
parroquial. Ante lo insostenible de la situación, el sacerdote ordenó retirar
la olla del fogón con lo que cesó inmediatamente el prodigio.
Después,
lógicamente, se hicieron las investigaciones populares y científicas, así como
las comprobaciones técnicas, y se
concluyó que no solamente se había multiplicado el arroz, sino que era de una
excelente calidad, mejor que la que tenía el primitivo.
La
Curia del Obispado de Badajoz, encabezada por el Vicario General, D. Aquilino
Camacho, movió todos los hilos necesarios para preparar la canonización del
beato Juan Macías. El postulador de la causa de canonización fue nombrado el
Padre Piccari.
Se
pidió al santo Padre la canonización y fue concedida.
La Canonización.
La
ceremonia de la Canonización de Juan Macías se celebró el 28 de Septiembre de
1975.
Acudieron
a Roma el Obispo D. Doroteo Fernández y Fernández junto con una representación
de su Curia Diocesana, sacerdotes de la Diócesis, señoritas del Instituto Hogar
de Nazaret, representantes y fieles de Ribera del Fresno y varios miles de
personas de la provincia.
También
asistieron el Cardenal Tarancón, los obispos de Menorca, Huelva, el Arzobispo
de Valencia y su Obispo Auxiliar. Hubo veinte cardenales de la Iglesia,
los monseñores Benelli y Casaroli, más
de cincuenta obispos del mundo, Cuerpo Diplomático del Perú y muchos miles de
españoles y de hispanoamericanos. Se contabilizaban en la Plaza de San Pedro
unas 100.000 personas escuchado las palabras del Papa.
Todos
presenciaron en la plaza de san Pedro, en Roma, la brillante ceremonia de la
Canonización.
Homilía del Papa
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